En música, al igual que ocurre en otras
artes, cuando te plantas ante una nueva obra poco importa que hayas vendido
previamente decenas de miles de discos, que hayas tocado antes miles y miles de
personas y que acumules una cifra sorprendente de "likes". Cuando te
enfrentas al papel en blanco, cuando afrontas una nueva composición, la mejor
solución siempre es ser sincero con uno mismo o, incluso algo más importante,
ser honesto al máximo. Si se actúa así, la creatividad se acabará disparando.
Que sea como aquel dicho que se atribuye a Picasso: "cuando llegue la
inspiración, que te pille trabajando".
Así ha actuado Dani Macaco durante los dos
años que ha estado trabajando en este nuevo disco. El fruto de todo ello han
sido trece canciones -aunque, en realidad, fueron veinticinco las que surgieron
durante el proceso- que suponen mucho más que un paso al frente. Sus nuevas
canciones son mayúsculas, capaces de hacernos reflexionar con sus textos.
Canciones que querrás escuchar tanto cuando estés tranquilo/a en casa, en
compañía o no, pero también cuando vayas a salir a comerte el
mundo.
Todo esto y mucho más en lo que nos
encontramos en "Civilizado como los animales", el nuevo
trabajo del artista catalán. Por cierto, el título toma su inspiración de la
canción "El progreso", uno de los clásicos del cantautor brasileño
Roberto Carlos, pieza que fue prohibida por la dictadura militar argentina del
general Videla y que se convirtió en uno de los primeros himnos ecologistas de
la historia.
Apenas abrirse el disco, en la intro
homónima, escuchamos palmas, percusiones programadas, mandolas y guitarras con
fondo reggae, que nos ofrece una pequeña muestra del universo musical que nos
espera. Todo ello adorna un sugerente texto que, con esa voz profunda que le
caracteriza, lee el pensador, profesor y escritor Antonio Escohotado. A partir
de ahí nos sumergiremos en un disco que, fundamentalmente, toma tres caminos
distintos.
Por un lado descubrimos al Macaco más
alternativo, más experimental.
Por otro al más cantautor, con esas
pequeñas canciones que después el público convertirá en enormes.
Y como no, en tercer lugar, nos
encontraremos frente al Macaco creador de himnos que todos podremos corear en
cada uno de sus directos.
No vamos a descubrir todas, pero sí
algunas de sus joyas.
Dentro de su cara más arriesgada, tenemos
"De Serie": O como combinar una
guitarra a lo Marley, con palmas y una caja de ritmos dub. Además con el brillo
que le da el cante de Niño de Elche junto al contrapunto salvaje de Bego
Salazar y ese nuevo sello de identidad "macaco" con la mandola. ¡Ah!
y mucho groove. "Viviendo en serie, dime con qué número te van a
marcar". Un canto en contra de la alienación.
"Ovejas Negras". "Soy el orgullo de mi abuela que es la vergüenza de mi familia", lee de forma sentida Inma Cuesta. Ahí están esos cantos morunos y esas contundentes percusiones. Excepcional combinación entre la voz cálida de Dani, el canto dolido de Niño de Elche y el rapeo crudo del poeta Nach. "Ayer inocentes cumpliendo condena, hoy la libertad obscena del valiente" rapea Nach, recordando quizás a los que por cantar pueden ser juzgados. José Luis Algar cierra el tema con un texto que dice "Bailáis si nosotros tocamos" y que encierra una venganza dulce, la venganza del arte.
"Agárrate". Bases dub con graves gordos combinadas con cuerdas y mandolas. La argentina Miss Bolivia en ebullición rapeando sin límites: "¿Por qué callar si nací gritando?".
"Mamma". Tema que cabalga a través de una vibrante guitarra de aires gnawa que te eleva sin remisión, adornos de teclados y programaciones de Visitante y letra dedicada a las madres guerreras: "El hombro donde se derrumba la gravedad".
En la versión más relajada de Macaco, nos encontraremos con tremendas perlas como:
"Blue (Diminuto planeta azul)". Delicadeza musical a la que nos introduce Serrat: "Este es nuestro pequeño escenario". Preciosos arreglos de cuerda para embellecer si cabe más ese dueto entre el gran doctor de las palabras y melodías que es Jorge Drexler y Macaco que canta muy de cerca para declarar su amor por lo "diminuto". "Las estrellas dicen que nosotros somos los fugaces".
"Lenguas de signos". Otro tema pequeño, acústico, arpegiado con unos acordes muy de flamenco y rumba. Dani canta de forma íntima en un tema especialmente indicado para combinarlo con las caricias vocales de Catalina García y el ronroco de Santiago Sarabia (ambos de Monsieur Periné), en un texto poético y apasionado.
"Quédate". Difícil no emocionarse cuando aparece la voz de Silvia Pérez Cruz, que siempre llena "cualquier hueco vacío" y lo inunda de sentimiento y pasión. Reggae suave adornado por mantos de mandolas que te transportan a Italia o Grecia. Dani ha conseguido lo más difícil, que sus voces, a veces susurradas, suenen armoniosas sin que Silvia despegue los pies de tierra y así para poder elevarse juntos. Quizás porque justo la preciosa letra repite: "Quédate conmigo". Exquisito regalo de canción.
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